Durante la finalización de la campaña electoral de octubre pasado, los avances en el proyecto Ex Cárcel iban de mal en peor; ya no solo existía oposición de vecinos, grupos artísticos y ciudadanos si no también del colegio de arquitectos, preocupación en ICOMOS y en la Unesco por la falta de cuidados a un proyecto que si bien no estaba en la zona de preservación, si hacía parte del conjunto total que da vida y mantiene el patrimonio intangible y tangible de la ciudad. El proyecto fue devuelto por segunda vez a los estudios en Río de Janeiro para que el arquitecto Oscar Niemeyer incorporara en lo posible la galería de los reos, el pórtico y darle mayor importancia al polvorín entre otros reparos. La acogida fue negativa en Brasil y el arquitecto simplemente decidió no seguir porque el trabajo se transformó no en un proyecto nuevo, si no en una restauración de un complejo existente y en donde las condiciones habían cambiado mucho. Para resumir la historia; el Estado había solicitado a raíz del ofrecimiento de Niemeyer de dar un regalo a Chile, de construir un centro cultural de calidad en lo que era la ex cárcel pública de Valparaíso; en donde la única condición además del tipo de instalaciones era la de preservar y valorar el polvorín que se hallaba al medio de la edificación y que data de la era colonial, por lo que falta de seriedad tanto del Estado con el arquitecto como del Estado con la ciudadanía para los temas de participación ciudadana dinamitaron una idea que es muy buena, pero con un mal diseño y planificación.
En cuanto a participación ciudadana lo más grave es que solo cuando la cosa ya estaba mal, solo se decidió tomar la opinión a los grupos que ocupan el lugar y no a los vecinos, ciudadanos y entes que son parte importante del sector, ya que, son ellos quienes han vivido con la antigua estructura y con la actual situación, mientras ocupantes son de diversas áreas, sectores y localidades que han recibido pro y contra por parte de vecinos y de la población por la diversidad de actividades, el estado de estas y el uso inapropiado en que a veces se ocupan las instalaciones. Sin embargo es innegable que el recinto es un espacio libre y que dio la oportunidad a jóvenes de desarrollar actividades gratis como recitales y obras de teatro.
A partir del fracaso se decidió un plan nuevo, un concurso público nacional para el proyecto, el cual ayer terminó su fase de participación ciudadana a cargo de un comité presidido por la ministra de cultura Paulina Urrutia y que esta vez además de los ocupantes del sitio, contó con la participación activa de vecinos del sector y representantes de la ciudadanía como María Kuka Quezada del Cerro Alegre, Ciudadanos por Valparaíso, Icomos y Consejo de Rectores entre otros.
EL PROYECTO A CONCURSO: El proyecto destinado para el concurso público contempla preservar, restaurar y rehabilitar no sólo el polvorín, sino también la galería, el muro zócalo y la entrada. La consolidación del lugar para las distintas artes por lo que debe contar con equipamiento e infraestructura con un teatro para 300 personas, espacio para artes visuales, sala multiuso, de conferencia, para charlas, congresos ect.
COSAS A TOMAR EN CUENTA: un cuidado debe haber en torno a la recuperación y rehabilitación del lugar y es su carácter patrimonial y no ideológico que se le debe dar. Actualmente es claro ver en el recinto murales con consignas y mensajes ideológicos que dan cuenta de la formación de un ambiente que ya no está llamando a todos los ciudadanos a participar. El llamado es a que el proyecto que se realice sea enfocado en el rescate patrimonial y en el desarrollo de la cultura y no en la política o ideología de ciertos sectores que a veces toman las actividades culturales y lo cultural como vehículo para lo ideológico.
fotos obtenidas del grupo facebook "Apoyo contra el cierre del Centro Cultutal Ex Carcel" y del Mercurio de Valparaíso 24 deDiciembre.
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