Ciudad de Valparaíso

Ciudad de Valparaíso

jueves, 13 de diciembre de 2007

Como nos ve el mundo: Prensa Internacional

Desde Argentina un cronista habla de la ciudad y nos hace ver el cambio de imagen que esta vive en los últimos años; desde una ciudad amargada por la pobreza y la actividad portuaria a una ciudad metropolitana patrimonial con dotes turísticos y de clase. He aquí el artículo del diario trasandino "Cronista.Com"

Con el sabor de Valparaíso
La capital legislativa chilena depara rincones que sorprenden como genuinas expresiones de su historia y su cultura, dando lugar a la sofisticación y la bohemia de una oferta gastronómica que ya forma parte de la idiosincrasia local

Valparaíso trepa por los grandes cerros que rodean a la bahía donde cobra impulso el intenso movimiento portuario chileno. Se despliega entre los edifcios antiguos del centro financiero y comercial, serpentea entre el tramado de pequeñas callejuelas y asciende por escaleras y ascensores, invitando a mirar desde lo alto sus paisajes costeros. Esta capital legislativa da lugar al Congreso Nacional de Chile, es también uno de los puertos más pintorescos del país trasandino.


No casualmente Valparaíso ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad; en cada rincón sorprende dando lugar a las expresiones de su cultura y de su historia. Para encontrarse con la profunda identidad de esta ciudad, las alternativas son variadas y en general implican un recorrido de varios días.

Vale anotar entre las opciones a un nuevo circuito turístico lanzado este año bajo el concepto de “ruta patrimonial”, en la cual se incluyen atractivos como el Pasaje Harrington y su conjunto residencial estilo inglés, la arquitectura neogótica de Playa Ancha, la Iglesia de La Matriz con su “Cristo sentado”, y otros puntos que rescatan especialmente la historia de la ciudad a través de la implementación de nuevas señalizaciones y luminarias.

Pero más allá de estos paseos, las características portuarias y bohemias de esta ciudad indican que una de las opciones más interesantes consiste en conocerla a través de los bares y restaurantes que hoy forman parte de su idiosincrasia.

En este sentido, el primer dato que surge y se destaca es que en los últimos años Valparaíso ha dado un salto exponencial tanto en calidad como en cantidad de lugares donde comer. Entre las novedades, puede hablarse de un interesante desarrollo de las tendencias orientales. Si hasta el año antepasado la imponente casona que aloja al restaurante Gato Tuerto era la única depositaria de los sabores especiados de India o el sudeste asiático, actualmente Ganesha (indio), Samsara (tailandés) y Kuu Kai (japonés) han escalado hacia nuevos estándares de variedad y calidad. También el tinte francés de barrio en Le Pont de Avignon, el pub cervecero de El Irlandés o hasta la casi tropical comida al paso de El Sándwich Cubano dan cuenta de las disímiles alternativas que pueden encontrarse en las cocinas de la ciudad.

Sabores de aires clásicos

Entre los lugares históricos de Valparaíso, bien vale destacar uno que ofrece las más amplias vistas hacia la bahía, el clásico Café Turri, que ha sido reacondicionado para los nuevos tiempos tras una cuantiosa inversión que prácticamente lo refundó. Ese cambio sirvió también para hacer reaccionar a otros antiguos restaurantes costeros donde hoy es posible disfrutar de una comida gourmet de nivel internacional o, quizás, de exquisitas pastas.

La tradicional elegancia de Café Turri se halla en un privilegiado barrio del cerro Concepción, integrado a un antiguo edificio que conserva su arquitectura original, con detalles que recuerdan las tradiciones portuarias. Dispone de amplias

terrazas y comedores con capacidad para 120 personas, y entre sus habitués los extranjeros y los llegados desde Santiago de Chile muchas veces son mayoría. La especialidad de la casa son los pescados y mariscos; pero los postres no se quedan atrás.

Otro clásico con más de 100 años de trayectoria es el Bar y Restaurant Cinzano, frente a la plaza Aníbal Pinto, un sitio de aire muy informal, completamente desenfadado pero clásico a la vez, con abundantes y sabrosos platos regionales, una amplia carta de tragos, música en vivo de jueves a sábado, y precios relativamente económicos. Reúne a un público bastante heterogéneo, y dentro de su oferta culinaria lo clásico pasa por las carnes y sus originales “parrilladas”.

Otra opción para quienes prefieran conocer esta ciudad en ambientes de distendida informalidad y cocina clásica puede hallarse en el Bar Inglés. Entre sus habitués no faltan re

presentantes de la industria naviera o ejecutivos locales que saben apreciar los platos con ins

umos frescos y naturales. Un dato curioso: en este bar cada uno de los clientes más asiduos cuenta con un vaso que lleva su nombre.

En el cerro Concepción, el mismo en el que se ubica Café Turri, puede encontrarse otro lugar digno de visitar a la hora de comer, o de dormir: el Brighton, un pequeño hotel de seis habitaciones que ha ganado fama tanto por los platos de su restaurante como por las vistas de la bahía que pueden observarse desde sus ventanales. La cocina es de corte internacional, pero especializada en recetas españolas como la Merluza a la Vasca o las tradicionales paellas.

En fin, no puede dejar de mencionarse la tentadora alternativa de tomar el ascensor hasta Coco Loco, que desde los pisos 21 y 22 propone platos muy bien presentadas de cocina internacional junto a los mejores vinos chilenos. Abrió sus puertas en noviembre de 1998 en la cima del Edificio Costanera Pacífico, a más de 70 metros de altura, y presenta una decoración sobria con motivos relativos al mar en salones que ofrecen panorámicas realmente únicas de la ciudad.

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