Hace un tiempo durante el 2007, el afamado arquitecto brasileño, dieñador de las construcciones de la ciudad de Brasilia, Oscar Niemeyer, ofreció sus servicios para realizar una obra en Valparaíso. El alcalde Aldo Cornejo presentó el espacio de la Ex Cárcel pública del cerro del mismo nombre para que Niemeyer proyectara su idea para lo que sería el nuevo centro cultural "Ex Cárcel".
La idea pasó de la mente al papel en solo unos pocos meses y ya a fines de Noviembre para la cumbre de alcaldes, teníamos la maqueta de la obra generando una cadena de críticas positivas y negaticas desde el mundo cultural, profesional, y ciudadano.
Los actuales usuarios (no habitantes ni dueños por que no lo son) del recinto se mostraron contrarios de incio a fin de esta obra, señalando que no se les consultó y que no representa sus intereses. El error inicial del municipio fue comenzar a prometer cosas que no podía (o no deseaba) cumplir, empezando por prometer que se les llamaría para que asistan a reuniones y compartamos la idea por que la propuesta de Niemeyer es solo un ante proyecto y no la idea final. Nunca se les consultó después y cuando ya hicieron mucho ruido, se les prometió ir y los dejaron plantados dos veces.
Finalmente las críticas llegaron a grupos de Santiago que en vez de aconsejar al municipio hecharon más leña atacando no solo al arquitecto si no también al municipio y al gobierno central. Al primero por excluir a toda iniciativa arquitectónica (un llamado a concurso) que pudiese competir con Niemeyer y al segundo por su desesperado intento de callar los reclamos y proceder con el calendario de obra para poder entregar la obra SI o SI para el bicentenario.
Actualmente el proyecto sigue en un "no se en que anda" por que no hay publicaciones ni avisos de prensa sobre el avance del proyecto (donde el Mercurio de Valparaíso coopera con el silencio). El municipio y el alcalde mismo se ha empeñado en dejar la idea de Niemeyer como la oficial, mientras se comete otro error más y que será más grave aún; el convertir a los usuarios de la ex- cárcel en mártires al defender el inmueble viejo y ruinoso que ocupaban antes, el cual puede pasar a ser un precedente y una bandera de lucha más para otros grupos que invaden territorios y barrios de la ciudad con la excusa de ser centros culturales.
CRÍTICA A LO "CULTURAL":
No se puede dar en el gusto a todos; siempre habrán personas que digan "me gusta, no me gusta". Pero lo que no se entiende es como se decide seguir en este desorden de que todo debe ser cultural. Actualmente ya van varios los espacios que han hecho a medias sin planificación para el desarrollo y la expresión que algunos llaman "cultural".
-El actual Ministerio de Cultura en Plaza Sotomayor está semi abandonado; su carpa móvil en el techo nunca fue y los salones subterraneos se ocupan para reuniones de dirigentes portuarios que no quieren que la ciudad se desarrolle en el borde costero y acuerdan protestas como sindicato, se dejaron las exposiciones y las reuniones de comités se hacen en Santiago.
-La plaza Aníbal Pinto, en vez de ser un centro turístico y de encuentro para empresas y oficinistas está en un estado incierto, ya que, se usa para eventos callejeros esporádicos, para usarlo en protesta, como basural de los carretes y de vez en cuando para ceremonias. Nada entendible en un sector que desea desarrollar turismo y recuperar su estatus de empresas y servicios.
-Cerros Alegre y Concepción; de apasibles y tranquilos barrios con lo mejor del arte y vecinos cultos con hermosas casonas, se ha pasado a la invasión del turismo invasivo sin permiso de los que la habitaban; de un intento por desarrollar el turismo gastronómico que le ha dado un buen empuje, se ha pasado a la invasiva presencia de grupos de jóvenes que sin recursos se instalan en el cerro con “centros culturales”, además de la realización de carretes en la calle, tomateras y daños al cerro en infraestructura y calidad de vida; la fuga de habitantes a viña se hace inevitable entonces.
-La subida Cumming y la EX CARCEL; inevitablemente se convirtió en un centro de reunión de expresiones que no tenían cavida en Santiago y Valparaíso junto a buenas intenciones como ser parte del Rockodromo y la competencia “Cerro Abajo” (en ciertas ocasiones). Sin embargo es una locación que invita al desorden, ya que se transforma en la excusa de concentraciones de grupos que solo vienen a destruir la vida tranquila de los habitantes del Cerro Concepción y Bellavista; dañan el comercio de Cumming como el Cinzano y el de Plaza Aníbal Pinto y es complemento para el desastre ocasionado en el cerro Alegre con la vida de barrio.
Todo esto nunca fue pensado por la Ministra de Educación y la de Cultura, ni por quienes promovieron y dejaron que estos personajes se instalaran y ahora aleguen por que no se les toma en cuenta sobre el proyecto Niemeyer considerándose dueños del lugar. Ahora cualquiera que sea la desición final, si no es del gusto de los ocupantes, harán protestas y se manifestarán haciendo ruido de que acá en Valparaíso estamos discrminando, pero no es así. Nos han discriminado nosotros, a los habitantes de la ciudad; han discriminado a los habitantes de los cerros Bellavista, Alegre, Cárcel y Concepción, han discriminado a la ciudad que busca un desarrollo turístico y de preservar el patriminonio junto al desarrollo y recuperación de la actividad emprearial, financiera y de servicios.
La mejor opción que tenemos en Valparaíso es demoler todo el interior (a exepción del Polvorín que data de la colonia), ya que, representa la historia sucia de Valparaíso (por que debemos recordar celdas de ladrones, violadores y de personas que solo dañaron a nuestros habitantes porteños??). En vez de ello debemos pensar en progreso, y generar espacios para el turismo, la cultura y el mejoramiento de la calidad e vida de los barrios y cerros cercanos. La construcción de un hotel orientado a la cultura; la creación de un parque que conecte las dos quebradas que lo circundan pudiendo unir con senderos y verdes los cerros Bellavista, Cárcel y Concepción. La generación de espacios para la exposición y el arte administrados por un ente municipal-privado el cual puede ser una alianza con el museo de bellas artes o con otro ente que no tenga obligaciones de ceder ante cualquier propuesta, si no que las pueda analizar en torno a lo que se quiere dar para el sector (por ende el Ministerio de Cultura no estaría capacitado para dicha tarea, ya que, fueron ellos quienes han permitido que todo tipo de grupos con actividades de índole cultural lleguen y se instalen en la ciudad).
Al final podremos recuperar 4 barrios (Cárcel,Bellavista, Concepción y sector Aníbal Pinto), darle un empuje al desarrollo de nuevas viviendas debido al buen cuidado y calidad que se le ha dado a la vida de los vecinos y el desarrollo de una cultura en torno al beneficio turístico (mejora de la capacidad hotelera), un respiro para el barrio y el posicionamiento del sector para la expanción de nuevas viviendas para la familia cercanos al parque y al centro de la ciudad; una oportunidad a corto y largo plazo para el resurgir de Valparaíso.